Algo se rompe en ti, como un deshielo.
¡Tierra quién sostiene tus cimientos!
Arranca este dolor y a mí del suelo.
Muéstrame tu nuevo alumbramiento.
La metafísica en su glacial de luna.
Fosforescencia de huesos calcinados.
Estrellas fulgurantes repartidas;
entre el verdor de tus campos y sembrados.
Busco a mi pueblo sometido.
Busco al niño por el hambre mutilado.
¡Donde esta tu sangre y mi sangre!
¡Donde están generales y soldados!
Los tambores de guerra han callado…
Donde está la ley; escrita con pluma de oro
para que el pobre se someta a su legado.
¡Aquí no hay mas oro que la espiga!
¡los viñedos las flores y los prados!
Una ronda de niños en sus colores…
Son un canto de amor a lo creado.
Busco al hombre…y no esta solo…
¡No! ¡No esta solo!
Son millones de manos que se hermanan.
¡Arrancando de raíz las alambradas!
La montaña nos abierto su ventana…
Yo te busco… te busco… y te encuentro…
Te encuentro América Mañana….
Sylvia Elizabeth (1974)