terça-feira, 14 de julho de 2015

O Tao, Uma Reflexão Necessária.

O Tao. Filosofia chinesa ou o “Caminho certo” com o definem os grandes taoistas. Traz o homem para a realidade e o deixa ver com grande clareza os labirintos nos quais vive e nos quais muitas vezes se perde procurando uma saída. Labirintos e mais labirintos. Vive-se em um tempo em que parece como que tudo estivesse esgotando-se. Não que a história do homem em algum momento tenha sido melhor ou mais bonita, mas hoje, os meios de comunicação – que informam e também bombardeiam – o colocam ante o que gera a sociedade e também ante a sua impotência frente a situações que fazem parte do seu dia a dia.
            O Tao não cria Gurus nem divide as pessoas formando religiões. Em resumo, sabendo que não se pode resumir nada referente ao Tao, se nele não se encontram todas as respostas que se gostaria achar, podem-se encontrar todas as verdades. O milagre que se fantasia, por exemplo, fica longe, mas o Caminho está aqui, à sua frente, sem aplausos, sem foguetes, sem celebridade... O Caminho lhe olha desde eu “Diagrama do Supremo Fundamental” e no seu contínuo movimento sentem-se todas as transformações. Todos os dias o homem se constrói e também se destrói, se monta e se desmonta.
            Todos aqueles moldes que se trazem petrificados e que nos foram entregues, seja por uma sociedade, um sistema ou uma religião, os temos visto cair, um após outro. A natureza nos cobra a nossa imprudência – a camada de ozônio, a chuva ácida, a erosão, a contaminação do ar, da terra e da água; a destruição em grande escala da biodiversidade, a constante perda de espécies na terra, etc. – e não há tecnologia que possa compensar tal prejuízo.
            Se o conhecimento do Tâo Te King chegasse às mãos dos homens; se eles estivessem correndo se deteriam, se estivessem de pé, se sentariam. Seus 5000 ideogramas trabalham no ambiente do homem, no seu contorno, gerando uma mudança no interior que lhe permite enxergar um mundo mais real, onde nenhum dos dois conhecimentos – o intuitivo e o racional – prevalecem. No dia a dia se aprende a complementá-los, e, consequentemente, nessa prática, a sua vida reflete mudanças na sua essência.
            Hoje em dia, nesta caminhada, quando o sonho do homem se realiza ou se frustra é que o Tao pode nos tocar com a leveza de seu alento, e se isso acontecer, sentiremos que nosso caminho...  Nunca mais será o mesmo.


Sylvia Mass




        



                    LOS SIETES PASOS DE MALKUTA

         1- PASO DE MALKUTA.  Respiración de la vida.
         2- PASO DE MALKUTA. Caminar sin pisar. Con respeto.
         3- PASO DE MALKUTA. Tocar sin machucar, con los ojos y con la mente.
         4- PASO DE MALKUTA.  Responsabilidad de vivir.
         5- PASO DE MALKUTA.  A cada paso que damos.
         6- PASO DE MALKUTA.  Camino de ida y camino de vuelta.
         7- PASO DE MALKUTA. La entrada y la salida. Respirando em paz...

                                
                            MALKUTA.   Palabra Aramaica,enseñada por JESUS.

Malkuta,  esta palabra estuvo presente en todos los pasos de Jesús.
Cuando estuvo aquí en la tierra.
Malkuta,  palabra del arameo,  la lengua que  Jesús hablaba.
Traducida  significa  Reino.
Malkuta, su traducción en portugués, es en Aramaico con el mismo significado Reino.
Fue estudiando el libro  “O EVANGELHO SEGUNDO JESUS ARAMAICO” de Neil Douglas Klotz. Que descubrí esta palabra…
Malkuta…encierra en sí, toda una esencia… y al mismo tiempo
abre una puerta para nuestro interior.
                                         De aquí, nacieron los 7 pasos de Malkuta


                                         Sylvia  Elizabeth

ROUVANIER


                 Se dice en la cultura oriental.  Quién no medita vive con un ala quebrada. Pero siempre nos preguntamos  ¿qué es meditar?
Fue así que este hombre de mediana edad de nombre Rouvanier.
Subió a la montaña en busca de ese conocimiento.
        Se encontró ante un Sabio Maestro sentado  con sus piernas cruzadas en profunda meditación, vestía una túnica simple, de un blanco crudo, con una abertura en el  pecho.  Su cabellera era espesa y en su rostro había la serenidad del agua en calma…
           Rouvanier se quitó su calzado, se curvo reverente y le dijo:
Maestro enséñeme a meditar… quiero encontrar la paz y la alegría que fui perdiendo día tras día…  o que quizás nunca tuve conmigo.
              El Maestro lo miró y dijo; - traes mucha gente contigo;  mujeres, hijos,  parientes, amigos.
              Baja la montaña y sube sin ellos y me encontraras aquí.
       
       DONDE ESTOY AHORA…DONDE SIEMPRE ESTUVE…
Y DONDE SIEMPRE ESTARÉ.

          Rouvanier  mientras bajaba la montaña se decía;  el Maestro tiene razón...  yo cargo demasiada gente conmigo.
          Y por su mente pasaban rostros y más rostros sentimientos de culpa  y todo lo que la alegría y el dolor involucran.
            Después de un corto tiempo,  Rouvanier se encontró nuevamente ante el Maestro. 
          Quería que él notara su presencia…poco a poco su ansiedad se fue aquietando…se sentó…y pasaron horas…hasta…
              Que el Maestro lentamente levantó los parpados…lo vio y le pregunto.  ¿Es verdad que quieres aprender a meditar?  Pero tienes muchas poses,  que causan ruido en tu mente. Baja la montaña y sube sin ellas y me encontrarás aquí.
       
        DONDE ESTOY AHORA…DONDE SIEMPRE ESTUVE…
Y DONDE SIEMPRE ESTARÉ.

            Cuando bajaba se decía; es difícil… muy difícil. De acuerdo a las poses que tengo, son las puertas que se abren... cuando no se tiene nada.   ¡Cuántas puertas se cierran!
Como lograr entender lo que  el Maestro me quiso decir.
                Tiene que haber un equilibrio  entre lo mucho, lo poco y lo nada.
                Será que soy responsable por quién no tiene un techo, trabajo, respeto… ¡y no es sólo un ser humano!... son millones en el mundo.  ¿Y yo  qué estoy buscando?  Aprender a meditar o a cerrar los ojos para no ver ni sentir lo que pasa a mí alrededor.  ¡No!   No es cerrar los ojos lo que yo quiero.  Es aprender a tener consciencia.  Saber por qué estoy aquí.  No sé si un día volveré a subir esta montaña.
              Después de un largo tiempo Rouvanier se encontraba en su caminada  ascendente.  Se sentía  joven  como si toda su armadura él mismo hubiese quebrado.  Cuando estaba  llegando pensaba, no importa cuánto tenga que esperar, sólo le temo al frio.
           Nada de esto pasó.  El Maestro estaba con los ojos abiertos, y le dijo: Te estaba esperando.  Baja la  montaña  y despréndete de ti,  el calor y el frio nunca más te van afectar.                Sube  esta montaña de nuevo y me vas a encontrar aquí.
       
          ADONDE  ESTOY AHORA… DONDE SIEMPRE  ESTUVE…
Y DONDE SIEMPRE ESTARÉ.

              Al cerrar los ojos le sonrió… aquella sonrisa fue una luz que penetro hasta la última fibra de su ser.
              Y el buscador de  enseñamientos se curvo con humildad y respeto y comenzó su descenso.
            No comprendía, tampoco  cuestionaba. Sólo quería  bajar para luego estar volviendo.
            Su corazón estaba leve. Una alegría diferente le invadía;  sentía ganas de jugar como un niño.  Tenía la  sensación de que algo muy viejo…quizás de muchas vidas en él, se estaba desmoronando… y un hombre nuevo naciendo.
          Y por la cuarta vez  Rouvanier  se encontraba en la cumbre de la montaña.  Sin poses, sin ansiedad, sin culpas,  sin búsquedas y sin miedos.  Estaba en paz…
         El Maestro caminaba lentamente hacía a él.  De la abertura de su túnica  emanaba  una luz que atraía.  Esta luz no cegaba…clareaba la consciencia.
               La profundidad de su mirada trasformaba dejando a la persona consciente de su ser.
              Entregándole  la responsabilidad de sí mismo y la unión con toda criatura.
       Las líneas de su rostro eran la geografía de la vida…aquella luz resplandecía…
               Mientras  le contemplaba largamente  le dijo: Querías  aprender a meditar,  ya aprendiste… subiendo y bajando esta montaña de la vida.
      Meditar es estar despierto.  Meditar es guardar silencio…para encontrarse a  sí mismo… con su ser interior.
             Si no hay amor, compasión y desprendimiento, no habrá meditación…meditar es amar. Y todo lo demás vendrá por añadidura.
            El Maestro  siguió su camino… dejando una estela de Luz y en Rouvanier la paz y la alegría de vivir.

                                                      Sylvia Elizabeth

EL MILAGRO

                     

    El milagro es  reflejo de una búsqueda tan desesperada en sus diferentes formas de expresión.
    Mis personajes son cuatro: un rey, un criado, un tigre y un cordero.
    No vienen de oriente ni de occidente  ni nacen de una cesárea… caminan en mí,  arrogante y doblada, rugiendo y llorando… buscando la realidad como un todo para aprender a convivir con mi dolor  de ver esta tierra con el útero colgando.

    Mi bello rey; en su porte alto,  sus cabellos plateándose,  su perfil bien delineado,  De pie en medio de su jaula dorada, las manos atrás,  el tórax  contraído,  los dedos rígidos y encadenados…
Propio de quien está criando en su interior el cielo y el infierno.
    Cuando el hombre se encuentra preso en sí mismo, las manos quieren abrirse y él mismo la cierra.
    Este rey desconcertaba con sus cambios de humor, su inseguridad y su miedo de firmar desde el más simple papel hasta el más alto decreto.  Así, día tras día fue perdiendo su interioridad de resistir y junto con ello perdió su reinado.
    El pueblo que gustaba sentir el perfume de la realeza guardo silencio  por tratarse de un rey que no había sido  ni malo ni bueno.
Rey o plebeyo.  La historia del hombre se repite.
    Generaciones  van  y generaciones vienen.  Castillos levantamos y castillos vemos caer.
    Este rey no soñó  ni pidió una  corona…ni siquiera supo cómo abdicar a ella.
   Cuando el tigre ruge dentro de nosotros,  tenemos siempre dentro,  o del lado de afuera un cordero llorando.
    A este rey sin trono, sin corona y sin barriga, le quedaba un criado que lloraba por él, quizás el último de la corte, mas era fiel a su Majestad.
    Rey y criado se cambiaron para una vieja casa cubierta de hiedras con  un cierto aire de nobleza… donde las arañas  habían tejido las más delicadas cortinas, el criado, sin apreciar sus trabajos, iba abriendo los gruesos ventanales  y las paredes parecían respirar…
    Mas al rey no le gustaba la claridad;  el criado le decía ¡La luz es vida  Majestad.
    Y en ese ir y venir la reserva de alimentos  fue
Terminándose…el criado consciente  de tal situación se sentó a pensar… y el rey empezó  a pasearse…parecía estar sintiendo  sus músculos y su peso.
    Para el criado  no era problema, él  podía trabajar sólo por la comida…más se preguntaba una y  otra vez   ¿Y mi señor?.

    A esta armadilla tan bien trenzada  por nosotros mismos le damos diferentes nombres y terminamos  curvándonos como únicos testigos de nuestra propia historia.  Todo amor que nos curve nos torna irreverentes, pero vivimos curvados esperando el  MILAGRO. 
Para que un  día, nuestros amos, nuestros dioses o nuestros señores se dignen a mirarnos.

     Volviendo  a mis personajes…al rey lo deje paseándose y a su criado pensando.
¡Arcilla!¡Arcilla -  exclamo el criado. Yo se trabajarla Majestad. No había mucho que pensar y manos a la obra.
La mayoría de los primeros tachos mal cosidos  se quebraban, más a los pocos aquella alma de artesano humilde fue hablando por sus dedos,  los que iban modelando nuevas piezas que después vendería en los  pueblos vecinos.
    El rey paró de pasearse…y en el aire empezaba a gestarse el  MILAGRO,  A  través  de los cántaros el rey observaba…formas confusas y difusas que pasaban por su mente…sentía estar extendiéndose, veía  pasar  ríos,  valles,  gente y el reflejo de su historia…al mismo tiempo aquella sensación de vacío… vacío…
de él, todo estaba partiendo…
    Este vacío le llevaba sus pérdidas sus ganancias y sus miedos.
    Empezó a volver lentamente…y los cántaros eran  cántaros y la realidad su propio  espejo,  Se volvió y por la primera vez miró a su criado… y vio un hombre encogido, sentado en un montón de paja frente a la masa de greda… con los dedos torcidos por la humedad terminando de ahuecar un jarrón.
    El rey le preguntó - ¿Cómo te llamas?
    El criado respondió – no sé  Majestad  siempre me llamaron de criado.
    El rey le dijo: - Dame ese jarrón…yo voy a terminarlo y tú vas a descansar.
    Con la majestad de un soberano se quitó su vieja capa  y le cubrió los hombros luego se sentó, cruzó sus piernas, tomo el jarrón y comenzó a labrarlo.

    Yo quisiera hacer pagar al rey su demorada  inconsciencia y quisiera colocar al criado en una nube en busca del premio… por su otra inconsciencia mayor… la de perder su identidad al servicio de una sola persona.
    Mas es tan caro el precio que pagamos por todo.  Que voy a dejarles vivir como dos almas sin deudas y sin culpas.

    Se miraban y sonreían, parecía que el rey siempre había sido  artesano.  Su rostro, sus manos, su voz, todo en él, era paz…
    Decía el rey: Las líneas  que estoy trazando no tienen mayor importancia,  el vacío que tú ahuecaste con tu silencio es la parte útil en este jarrón… Así como  a la vida le encontramos  utilidad cuando estamos vacíos… sólo entonces podemos ver y sentir su belleza natural y espontánea…
    Y el  jarrón en sus manos cobraba vida.

   Y por la milésima vez se unía el lago y la montaña.
    Testigo de este encuentro la naturaleza  en su manifestación pura…baja el telón.
                                Y yo sigo mi camino… con mi tigre rugiendo
                                  y  mi cordero llorando.


                                    Sylvia Elizabeth

“YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA”
MIRAD  LOS  LIRIOS  DEL  CAMPO
NO HILAN NI TEJEN, NI SALOMÓN  EN TODA
SU RIQUEZA VESTIRÍA UN TRAJE COMO ESTOS.
Palabras dichas por la boca más pura.

Hoy en día, en medio del consumismo en que corrimos,
Porque esto es lo que hacemos, correr de ida y correr de
vuelta y cuando paramos…no tenemos más lirios ni campos.
Ni afuera ni dentro de nos.  Tenemos niños en las calles…
Con la mirada perdida en el  vacío.
Y a nuestra frente.

UN SEMAFORO  PESTAÑEANDO
AUTOS  BOCINANDO
UN BANQUERO  CONTANDO  DINERO
UN POLÍTICO  MINTIENDO
Y UNA  BALA  MATANDO.
                   Donde fue que perdimos el camino….

                                  Sylvia Elizabeth

    
Todo el hombre puede matar;
menos la poesía…
cuando mate la poesía.
Matará él alma.


                 Por mucho que tengas que correr…
                 No corras.
                 Por mucho que tengas que hablar…
                 No hables.
                 Por mucho que tengas que enseñar…
                 Calla escucha y aprende…
                 Si pretendes  mudar… la vida de alguien…
                 Desde tu punto de vista.
                 Guarda silencio… deja vivir…
                 El tiempo y la vida… te agradecerán  por esto.

                                              Sylvia Elizabeth